Canal amigo: Cocinando a las 4:43

. 8 de octubre de 2020
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Cartas de pandemia:

. 28 de septiembre de 2020
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Hola Miki, anoche soñé con S., 

Me encontraba él en la calle. Y caminamos juntos unas cuadras charlando. Me señalaba edificios y plazas. Nos sentamos en una vereda y me seguía contando cosas. Me muestra una ventana y me señala que la vieja que teje es su tía. Me invita a pasar y me cuenta que está viviendo ahí.

De repente estábamos en una casa vieja, pero linda, algo oscura, con tres señoras que él llamaba tías, viendo la tele. Merendamos. Charlamos un montón, las tías me cuentan cosas fascinantes. Se hace tarde y me invitan a que me quede a cenar. En un zapping aparece una peli (no es The Rocky Horror Show, pero parecida) y yo digo que no, que no quería ver esa peli "porque la vi 150 veces y siempre me quedo mal cuando termina". Las tías se ríen y lo veo a S. haciendo una cara de berrinche, de odio. Se terminó la cena.

Nos vamos a dormir, la cama que me toca a mí me parece enorme. Él duerme en otra a mi derecha.

Cuando me levanto veo que alguien durmió en el piso y que S. ya no está en la casa. El pibe, de pelo corto enrulado, sentado en el colchón me dice que S. ya se fue, que la peli que yo critiqué era su favorita.

Desayuno con las tías y me voy caminando. Miro para todos lados buscándolo. Lo quiero encontrar para decirle que la peli me gusta, pero me hace daño. Estoy temblando. De la nada, me encuentro con el pibe de rulos, y me dice que deje de pensar pelotudeces, la gente no desaparece porque no elegimos su película una tarde de domingo, la gente desaparece porque quiere desaparecer. Está bien no querer ver esa película.

Eso, nada, una boludez pero te lo tenía que contar.

Un beso,


VH


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María Zulema Amadei

. 22 de julio de 2020
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Publicitando arte de gente bella

. 25 de junio de 2020
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Cancioncitas predeterminadas IV

. 5 de junio de 2020
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Leiva - No Te Preocupes por Mi




Todo es tan perfecto

Nadie entiende el movimiento de sus alas
Es su mejor secreto
Me siento como un cerdo
Cuando estoy con ella y vuelvo a las andadas
Es como un largo eco
Incendios que se pueden armar
Catarsis que nos pueden calar
Hasta los huesos, sabes que soy un experto
Además, últimamente, siempre estoy en mi peor momento
No te preocupes por mí
Por un momento crucé al otro lado
Y luché con esas bestias gigantes (Uh-uh)
Sólo te quise decir que no dejé de creer
Pero, era grande la sensación
De vértigo constante
Tengo un plan
Salir corriendo hasta que todo se arregle
Me alejaba como el ruido
De una ambulancia entre la gente
Y aunque te pese
Te juro que esto no es lo que parece
No te convence, todo cambia, nada permanece
Después de superar mi límite mental
He vuelto a remontar de repente
Uh-uh Uh-uh
Uh-uh Uh-uh-uh 
Uh-uh Ah-ah
Ah-ah-ah
No te preocupes por mí
Por un momento crucé al otro lado
Y luché con esas bestias gigantes
Sólo te quise decir que no dejé de creer
Pero era grande la sensación
De vértigo constante
Tengo un plan
Salir corriendo hasta que todo se arregle
Me alejaba como el ruido
De una ambulancia entre la gente
Y aunque te pese 
Te juro que esto no es lo que parece
No te convence, todo cambia, nada permanece
Y aunque te pese 
Te juro que esto no es lo que parece
No te convence, todo cambia, nada permanece 
Después de superar mi límite mental
He vuelto a remontar de repente
Oh-oh-oh
De repente
Todo es tan perfecto
Nadie entiende el movimiento de sus alas
Compositores: Leiva

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No sé por qué la navidad aparece hoy

. 4 de mayo de 2020
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Casi todas las peleas entre mis padres eran por el tema de la plata. De llegar a fin de mes, de que se lavara con menos jabón la ropa, de no gastar tanta luz, de usar poco papel higiénico... Entonces todos los gastos de la casa pasaban a ser situaciones tensionantes y a mi ni se me ocurría pedir galletitas o un postrecito cuando tenía hambre. Simplemente se comía lo que había cuando era el momento de comer. Y aprendí a comer cosas baratas, tomar mucha leche (porque mi viejo no ponía reparos a ese gasto) y a cocinarme avena con leche y azúcar como si fuera un manjar.

Sin que yo me lo propusiera surgió la necesidad de que a mis padres no les fuera muy pesado cumplir con mis deseos y sin saber cómo simplemente ya no los tuve. Inocentemente preferí sacrificar mis deseos ante la impotencia y la falta de dinero de mis padres. Por consiguiente cuando me preguntaban, yo nunca quería nada caro, o pedía algo de ropa o simplemente decía que no sabía.

Me daba mucha tristeza que mis padres no pudieran darme lo que yo quería. Por supuesto uno de los momentos que más tristeza me generaba era la navidad, porque no sólo tenían que lidiar con mi regalo, sino con el de mi hermana menor, los de mis primos y la comida para todos. Traté de estirar el misterio de la Navidad hasta que ya fue insostenible, pero es que para mi yo adulto es algo obvio lo que yo hacía: es mucho más fácil echarle la culpa de mi frustración a un misterioso gordo vestido de rojo, que a tus padres. 

Un año me puse a buscar en los posibles lugares que ellos pudieran tener para esconder los regalos, hasta que lo encontré, una bolsa con los regalos para todos. El regalo de mi hermana era obvio, el de mi hermano también, y después había unos juegos de mesa que yo nunca había visto en mi vida.

No saben la cara de sorpresa y felicidad que pusieron cuando les dije que me había decidido y que ya sabía lo que quería, un juego de mesa que se llamaba Buen Viaje. No sé si era lo que habían previsto regalarme o si era para mi primo, pero preferí verlos felices acertando aunque sea una vez a lo que yo deseaba.

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Otro sueño de cuarentena

. 30 de abril de 2020
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Soñé que era chiquito, tipo seis años. Soñé con mi nonno y nuestra casa vieja, la quinta y el gallinero. Soñé que lo convencía de viajar a Italia a visitar a sus hermanas. Soñé que yo hablaba perfecto italiano.

En Santa María, a upa de la zía Rossina, mi nonno me retaba por haber desaparecido a la hora de la siesta. Me había ido a jugar por la ciudad, visitado a mis primos Costábile y Andrea, jugado por el muelle y recorrido todas las callecitas. Me retaba y yo le contestaba, "Non ti preocupare per me, si io sto a Santa María, non sto mai perduto".

Mammmma mía

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Pasado

. 18 de abril de 2020
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Hace varios días tengo el mismo pensamiento.Todas las mañanas de esta semana me despierta la misma angustia.

Me gustaría poder volver a vivir toda la vida desde el comienzo, con los saberes que tengo hoy. Necesito vivir, y quizá hasta disfrutar, esos momentos que hasta hoy me generan tanto dolor sabiendo que no está mal ser quién soy. Sabiendo que hay mucha gente forra en el mundo y que no depende de mi cambiar eso.

Me gustaría que sucediera todo igual, tomar las mismas decisiones buenas y malas, pero sabiendo que lo que yo siento está bien, que siempre puedo contar conmigo mismo, que estar solo también puede significar estar bien.

Siento que durante mi infancia y mi adolescencia todo fue cruel, de todos lados recibí cachetadas y golpes y no llegué a establecer mi posición para poder disfrutar y ser niño, adolescente. Un poco siento que todo pasó muy rápido, que hubiera podido disfrutar más si no hubiera estado escondiéndome y defendiéndome. Y si no hubiera estado prestando atención, empatía y cariño al resto (que en muchos casos, no lo merecían), sobre todo.

Le doy gracias a este adulto que soy hoy, que llegó para salvarme a mí, a mi niño y a mi adolescente.

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Disclaimer

. 17 de abril de 2020
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Estos días encerrado, la distancia con los seres queridos, el recuerdo de las caricias y el dolor de las derrotas me pusieron a pensar en muchas cosas y paso gran parte del día fantaseando. Mi cabeza gira entre el trabajo en la pc, el látex semimate de las paredes y las hornallas.

Hace varias noches que mis sueños se volvieron raros. Uno de los más vívidos fue verme en la calle, caminando al tren, con un solazo increíble que me hacía entrecerrar los ojos. Todo brillaba.

Ya en el tren, veo que la ciudad estaba cambiada, había más verde. El tren de repente se eleva y corre por carriles en lo alto de la ciudad, como en los cuentos de ciencia ficción, parece que vuela. Pasamos toda la ciudad de Buenos Aires por encima, puedo ver desde la Avenida Corrientes hasta Av. Cabildo, en el fondo veo el boulevard de García del Río, una locura. Los edificios blancos, bien blancos. Una ciudad relucientemente blanca, verde y ese rojo gastado de las tejas de las casas más bajas.

Llegamos al cementerio de Hurlingham, todavía volando. El parque es de ensueño, muchas tonalidades de verde, lápidas blancas y brillantes. No hay sombras, el sol está en todas partes. Me paso de estación, con tanto ensueño, con tanta distracción bella. En este exacto momento estoy caminando entre las blancas y brillantes lápidas, no hace frío ni calor, y vuelan mariposas y pájaros  a mi alrededor.

Camino feliz al sol por callecitas de un barrio con casas bajas, me cruzo con gente que camina, charla y ríe con fuerza, más adelante algún perro mueve que la cola y los niños juegan a la pelota en una placita.

Camino feliz al laburo, feliz, como diez años atrás.

Quiero volver a tener felicidad en mi trabajo. Y sol, más sol.

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