Otro sueño de cuarentena

. 30 de abril de 2020
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Soñé que era chiquito, tipo seis años. Soñé con mi nonno y nuestra casa vieja, la quinta y el gallinero. Soñé que lo convencía de viajar a Italia a visitar a sus hermanas. Soñé que yo hablaba perfecto italiano.

En Santa María, a upa de la zía Rossina, mi nonno me retaba por haber desaparecido a la hora de la siesta. Me había ido a jugar por la ciudad, visitado a mis primos Costábile y Andrea, jugado por el muelle y recorrido todas las callecitas. Me retaba y yo le contestaba, "Non ti preocupare per me, si io sto a Santa María, non sto mai perduto".

Mammmma mía

(...)

Pasado

. 18 de abril de 2020
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Hace varios días tengo el mismo pensamiento.Todas las mañanas de esta semana me despierta la misma angustia.

Me gustaría poder volver a vivir toda la vida desde el comienzo, con los saberes que tengo hoy. Necesito vivir, y quizá hasta disfrutar, esos momentos que hasta hoy me generan tanto dolor sabiendo que no está mal ser quién soy. Sabiendo que hay mucha gente forra en el mundo y que no depende de mi cambiar eso.

Me gustaría que sucediera todo igual, tomar las mismas decisiones buenas y malas, pero sabiendo que lo que yo siento está bien, que siempre puedo contar conmigo mismo, que estar solo también puede significar estar bien.

Siento que durante mi infancia y mi adolescencia todo fue cruel, de todos lados recibí cachetadas y golpes y no llegué a establecer mi posición para poder disfrutar y ser niño, adolescente. Un poco siento que todo pasó muy rápido, que hubiera podido disfrutar más si no hubiera estado escondiéndome y defendiéndome. Y si no hubiera estado prestando atención, empatía y cariño al resto (que en muchos casos, no lo merecían), sobre todo.

Le doy gracias a este adulto que soy hoy, que llegó para salvarme a mí, a mi niño y a mi adolescente.

(...)

Disclaimer

. 17 de abril de 2020
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Estos días encerrado, la distancia con los seres queridos, el recuerdo de las caricias y el dolor de las derrotas me pusieron a pensar en muchas cosas y paso gran parte del día fantaseando. Mi cabeza gira entre el trabajo en la pc, el látex semimate de las paredes y las hornallas.

Hace varias noches que mis sueños se volvieron raros. Uno de los más vívidos fue verme en la calle, caminando al tren, con un solazo increíble que me hacía entrecerrar los ojos. Todo brillaba.

Ya en el tren, veo que la ciudad estaba cambiada, había más verde. El tren de repente se eleva y corre por carriles en lo alto de la ciudad, como en los cuentos de ciencia ficción, parece que vuela. Pasamos toda la ciudad de Buenos Aires por encima, puedo ver desde la Avenida Corrientes hasta Av. Cabildo, en el fondo veo el boulevard de García del Río, una locura. Los edificios blancos, bien blancos. Una ciudad relucientemente blanca, verde y ese rojo gastado de las tejas de las casas más bajas.

Llegamos al cementerio de Hurlingham, todavía volando. El parque es de ensueño, muchas tonalidades de verde, lápidas blancas y brillantes. No hay sombras, el sol está en todas partes. Me paso de estación, con tanto ensueño, con tanta distracción bella. En este exacto momento estoy caminando entre las blancas y brillantes lápidas, no hace frío ni calor, y vuelan mariposas y pájaros  a mi alrededor.

Camino feliz al sol por callecitas de un barrio con casas bajas, me cruzo con gente que camina, charla y ríe con fuerza, más adelante algún perro mueve que la cola y los niños juegan a la pelota en una placita.

Camino feliz al laburo, feliz, como diez años atrás.

Quiero volver a tener felicidad en mi trabajo. Y sol, más sol.

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