Preludio de un acto II

. 6 de diciembre de 2018
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El amor y la traición a sí mismo 


El amor según Lacan es, sobre todo, un tipo de vínculo que nace a partir de la palabra. Si no hay palabra, lo que existe es el enamoramiento. Es decir, una fascinación imaginaria. Mientras que el deseo sexual convierte al otro en un objeto de satisfacción, el amor lo trasciende. Se dirige al otro como ser, no como objeto. 

Se ama, entonces, al ser del otro. Se aceptan sus fallos y sus debilidades. Cuando trasciende el simple deseo de ser amado por otro, el amor se convierte en un don activo. Sin embargo, este amor también tiene un límite, que queda establecido en una de las frases de Jacques Lacan: “Cuando el ser querido va demasiado lejos en la traición a sí mismo y persevera en el engaño de sí mismo, el amor no lo sigue más”.

Cuando hay amor, se ama al ser del otro. Ese ser se traiciona a sí mismo constantemente y aún así, se sigue amando. Sin embargo, cuando esta traición llega muy lejos, al punto que se desfigura el ser, desaparece el sentimiento. 

En otras palabras se deja de amar a quien se traiciona a sí mismo, se engaña, deja de ser esa persona a quien hemos amado.





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Preludio de un acto I

. 3 de diciembre de 2018
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No pretendo cambiar el Universo, sino mi modo de mirarlo.

Dihavarsa

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Reflexión I

. 24 de noviembre de 2018
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Siempre es triste volver a casa. Pero es el lugar conocido, ese que nos sabe las mañas, que con los ojos cerrados ponemos los dedos dónde están las llaves de las luces o podemos sentarnos sin dudar dónde pega el aire cuando abrimos la ventana. Siempre es triste volver a casa. Pero el cariño de los vecinos que nos extrañaron no se hace esperar. Los panes caseros, la fruta fresca recién arrancada del árbol, las verduras de la huerta, son más ricos de lo que los recordabas. Siempre es triste volver a casa. Por eso nos vamos cuando cambia el viento.

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. 6 de noviembre de 2018
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Hoy estuve en la facu. Había llovido toda la noche y la mañana era gris pero cálida, con esa fresca humedad que sólo disfrutamos los que sabemos caminar entre los árboles. Las densas nubes grises amenazaban con escurrirse en pequeñas formaciones hidrológicas. Formaciones que debido a la presión atmosférica, la velocidad y la fuerza gravitacional, en algún momento de su recorrido se vuelven esferas perfectas. 

Las actividades académicas que me habían llevado hasta la facultad no merecen ser minimizadas, correspondieron en una entrevista con el director de la carrera e intercambio de certificados en la administración de la misma. ¡Unos nervios, nena! Tanta cosa contenida, y tanta cosa mezclada que cuando caminaba para salir de la casa de estudios sentí que se estaban por largar a llover en mis dos adminículos ópticos fisiológicos y anatómicos. ¿Dónde llover cuando uno está rodeado de gente en un predio que no entiende de sentimientos ni de las inoportunas verdades de los lagrimales? No corrí, para guardar alguna apariencia. 

El bosquecito estaba tan tranquilo. Las hojas y las ramas contenían las gotas tan bien como mis cavidades oculares. Nuestro epígrafe estaba perfectamente limpio, será por la fecha. La última vez que realicé el ritual de limpieza había sido hace exactamente un mes, por ende no hicieron falta las formalidades, y antes de darme cuenta el cielo rompió en chubascos en toda mi cara. 

Unos susurros de pasos a mi alrededor me llevaron a internarme en nuestro bosque -porque el bosque es indefectiblemente nuestro- y con un breve movimiento de las cañas, hice llover para disimular la otra lluvia, casi a modo de divertimento. Siempre es lindo recordar que te reirías, que mirarías hacia la cúpula verde y verías caer las gotas tratando de no pestañear. Me sentí abrazado y abrasado, todo rojo me puse. Había más que nervios pugnando por salir. 





Qué locura que es la piel, los músculos, los movimientos que hacen, los pasos. Qué locura es todo lo que somos.

Qué locura el tiempo.

Qué locura vos. 


Qué locura yo.



Llueve de nuevo.


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. 6 de julio de 2018
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“La baja autoestima es algo muy generalizado, incluso de forma cultural parece que está penalizado socialmente hablar bien de uno mismo. Esto hace que lleguemos a adultos más inseguros, con listones más bajos, miedos, inseguridades… que hacen que a veces no aspiremos a más o a lo que realmente queremos” - Amparo Calandín


Tomá pa vo'

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Sólo cuando hayamos cruzado el límite.

Sólo desde que sentí el desprecio. 

Sólo porque nada me emociona.

Sólo a modo de castigo.

Sólo en sentido histórico.

Sólo básicamente.

Solo.

( ... 2013 ...)