Melancolía no es tristeza

. 24 de mayo de 2019
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Wild horses - Rolling Stones


Childhood living is easy to do
The things you wanted I bought them for you
Graceless lady you know who I am
You know I can't let you slide through my hands
Wild horses, couldn't drag me away
Wild wild horses couldn't drag me away

I watched you suffer a dull aching pain
Now you decided to show me the same
No sweeping exits or off stage lines
Could make me feel bitter or treat you unkind
Wild horses, couldn't drag me away
Wild wild horses couldn't drag me away

I know I've dreamed you a sin and a lie
I have my freedom but I don't have much time
Faith has been broken tears must be cried
Let's do some living after we die
Wild horses, couldn't drag me away
Wild wild horses we'll ride them someday
Wild horses, couldn't drag me away
Wild wild horses we'll ride them someday 

  



Tenemos derecho a estar tristes, tenemos derecho a caer, a rompernos, a desarmarnos, a llorar por semanas. Tenemos derecho y la necesidad de hacerlo, de abrazarnos a su almohada, a mirar fotos viejas. Tenemos derecho a estar a oscuras. Tenemos derecho a mostrarnos felices por fuera y vacíos por dentro. Tenemos derecho a salir a trabajar o a sociabilizar sin mostrarnos con dolor, volver a casa y llorar hasta dormirnos.


Pero también tenemos derecho a un día, así sin más, superarlo todo o en partes, pero que ya no nos pese. Tenemos derecho a vernos felices, a caminar bajo el sol una tarde de sábado. A esperar el colectivo cantando nuestra canción favorita, a tomar helados con chispas de chocolate, a reír hasta que nos duela la panza. Tenemos derecho a salir a flote y volver al camino de la felicidad.


Y ese paso, ese amanecer nuestro, tenemos derecho a dejarlo llegar sin presión, sin fuerza, sin pensarlo, o pidiendo ayuda si nos es muy pesado. 

Lo que no tenemos derecho es a hacernos doler sin más sentido que ahogarnos y dejarnos morir desde adentro. Es nuestra obligación prender aunque sea una pequeña luz, aunque sea unos minutos al día. Lo que podamos. Sabernos vivos y fuertes, auqnue sea esos minutos, saber que quizá mañana nos duela algo muy fuerte, pero que pasado podremos sonreir. Y así, algunos pasos adelante, otros atrás, caminar el trecho rocoso que nos separa de lo que queremos latir.

Saber que un día va a amanecer, es nuestra esperanza.



 

(...)