La masacre de Balcarce

. 10 de marzo de 2008
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Nada en toda la tierra parecía vivo, pero yo podía ver como el suelo se retorcía debajo de mis pies.

Pasos sordos recorrían los valles ventosos, un camino constante de huellas migrantes. Ella no era distinta del resto, y al igual que las otras de su clase, nunca había salido de su mundo, salvo aquella vez para nacer. El camino de golondrinas atravesó su techo, rompió sus paredes y la alejó de lo que ella conocía. Viajó, sin poder negarse.

Cuando ella llegó a la casa, el pueblo me rodeó en un cálido y asqueroso edor. Me acerqué, y ahora eran mis manos las que sentían el movimiento de la tierra. De todas partes se oían los gritos desalmados de las mujeres; ¡Arranquen sus ojos! ¡Arranquen sus ojos! Y nada se movía más que la turba de filosas lenguas, que rápidamente la despojaron de todo lo que la cubría, y arrancaron su piel a jirones. Y sus ojos.

Estaba empapada en un líquido blanco que su cuerpo lentamente vertía sobre sus atacantes. No brotaba la sangre por sus heridas, no había mancha alguna de sangre en toda la casa. Sólo ese líquido blanco, que se secaba quebrándose por su propio peso.

Lo que estaba por debajo de su piel, ahora era un espacio yermo, cubierto de minúsculos cristales de tiza, unidos en una interminable cadena de polvo. La vida dejó de existir para ella, antes de entrar a la casa. Había dejado de existir incluso antes que los hombres la arrancaran del regazo materno. Ella yacía inerte en mis manos, y yo, vivo, sólo pensaba en evadir un rato más mi muerte.



(...)


1 comentarios:

El Homo Rodans dijo...

que relato tan fuerte, brutal, y a la vez tan honesto para describir una de las facetas del hombre.

le agradezco la visita y sus palabras vertidas. quize regalarle a mi ex una maceta con tulipanes y escribir en ella esa dedicatoria. todo quedó en buenas intenciones y me decidí a compartir esas palabras con los lectores.

por cierto, mis caleidoscopios no reflejan imágenes tan bellas como la que agregó en su bitácora. de pronto me da por las artesanías. ya le contaré en otra ocasión.

saludos multicolores desde la huaxteca en México.