Hoy mi hermano aprendió a ver. Pasó sin darnos cuenta. Habíamos almorzado debajo de la glorieta toda florecida, y así sin más dijo: ‘Esa hoja entre las ramas es una mariposa’. No dijo ‘parece’, dijo ‘esa hoja es una mariposa’. Y no se refería a que una mariposa pareciera una hoja; sino al hecho de que una hoja era, en su realidad, una mariposa. Flotando entre las ramas de un rosal, bailando entre las hojas que sí eran hojas. Encontrándose entre la brisa del viento primaveral, con esos hilos plateados de alguna araña descuidada, jugando al juego de todas las mariposas.
Sorprendido, el café de arándanos se escurrió de mis labios. La cara de asombro subió raudamente por mi cuello tieso. Todo el universo cambió sus colores a estridentes magentas y voluminosos cyanes. Los dragones surcaron el cielo como de costumbre, pero en esta oportunidad llevaban canastas de semillas pintadas, y en ellas llevaban las flores que iban soltando en señal de festejo.
Luego de la hoja que era mariposa, llegaron los patos que eran duendes y las libélulas que eran hadas. Las historias de sus viejas hazañas no se hicieron esperar y pudimos compartirlas durante toda la tarde. Al caer la noche, con el último mate, el Universo parecía en calma, y todos supimos que era momento de volver a renovar nuestros votos de niños. Cada cual encontró un lugar cómodo para dormir, esperando que los sueños nos trajeran nuevas historias y nuevos héroes.
3 comentarios:
Quiero aprender a ver
Llegué hasta acá por curiosa y me quedo por disfrute.., esperando q los sueños me sorprendan en medio de la noche con historias tan lindas como la q leí recién!!
Abzs del alma!
Danaé, pero si usted sabe ver! Disfrútelo! :)
Malena, bienvenida! Espero encuentre placentera su estadía por estas páginas.
Abrazos
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