Como siempre, esto es un caleidoscopio, la difracción de la realidad, de una imagen de la realidad, vista desde ángulos distintos. En definitiva es ficción, porque la realidad nunca puede ser abordada desde un número finito de ángulos. Y entonces, hay un punto en que lo real y lo ficticio se emparentan. Y en mi mente terminan siendo una pareja de amantes, caminando de la mano, en un país lejano. Un país al que no pertenecen ni por nacimiento ni por crianza. Caminan juntos, porque nadie los conoce, nadie sabe quién es quién. Juntos porque se confunden y se mezclan. Y pasan a ser uno.
0 comentarios:
Publicar un comentario