Dejar Milano me excitaba. Por un lado, las ganas de dejar esa ciudad apática y superficial, me generaba un gran placer. Pero por el otro, dejar una ciudad que había caminado y en la que me ubicaba con facilidad, que me generaba cierta tranquilidad y confianza, me daba un poco de vértigo.
El tren iba bastante lleno, mi mochila y yo conseguimos un lugar en un vagón de los años 90, limpio y cómodo. El tren atravesó la ciudad, se escapó de la urbe y empezó a tomar velocidad. La mañana estaba en todo su esplendor, de a ratos un sutil rayo de sol se filtraba por entre las espesas nubes. El camino estaba nevado desde hacía rato, pero cuando nos adentramos en los montes la nieve se notaba mas mullida y generosa.
Cruzar por dentro de los montes fue una experiencia notable. Algunos eran realmente largos, la oscuridad era plena. Uno en particular me pareció extremadamente largo. Si mi corazón tuviera que medir el tiempo diría 4 minutos de oscuridad total. Los sonidos también eran interesantes. Al ingresar a los túneles se aturdían, todo lo que se escuchaba parecía desaparecer brevemente. Después la presión en los oídos aumentaba. El zumbido de los metales rozando y el aire corriendo a presión sobre la carrocería provocaba cierto grado de temor. El hecho de que no se viera nada, de nada, colaboraba a generar un clima de expectación y misterio. En cambio, las salidas de los túneles eran estruendos de luz y sonido. Parecían disparos.
En una de esas salidas estruendosas, se hizo la luz. Y las nubes, a medida que nos alejábamos se hacían cada vez mas blancas y ligeras. El sol brillaba enorme sobre Génova. El mar, podía oler el mar.
4 comentarios:
Espero seguir leyendo de tu experiencia por estos pagos Kai... no pierdas las ganas, que aca se te espera como el aire! =)
tu amigo Katalobo
Querido amigo, seguiré escribiendo, a paso lento pero firme, con las ganas de volver en cada letra!
Un abrazo, ya tengo skype! :P
Necesitaba algo que me sacara de un estado aletargado -ese estado que fomentan los grandes cuestionamientos.
Entré a tu blog a buscarlo.
Lo encontré.
Un encanto. Un genio de viaje no puede más que encantar.
Te dejo besos de blog, que vienen escaseando.
Necesito alguien que:
b) Me raye poco
y que:
c) vuele mi cabeza.
Que:
c) no se meta en mi cocina.
Que ponga tachuelas en mis zapatos
para que:
c) juguemos a ser bailarines de tap
y que cuelgue mi:
a) mente
de una soga
hasta que:
c) la vacas vuelen,
y nos llevemos...
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