Aprendí a no extrañarte, pero a veces me olvido.
Aprendí a no desearte, pero a veces me acuerdo.
Encontré la manera de no buscarte, pero a veces me encuentro.
Aprendí a no desearte, pero a veces me acuerdo.
Encontré la manera de no buscarte, pero a veces me encuentro.
3 comentarios:
Esta parte, donde el corazón es el que debe aprender y educarse, es la parte más pesada; hay cosas que ni a palos.
Olvidar es una de ellas.
Y el desencuentro ocupó la habitación del fondo! Se puso cómodo y desde entonces cada día desayunamos juntos!
Breve, intenso, fuerte!!!!
YUYUY, uf, no solo es pesada, es complicada. Hay que volver a ser niños, no hay caso.
Y olvidar, sólo olvidamos aquello que no nos llega al corazón, ¿no?
MALE, el desencuentro se la pasa usurpando todas mis habitaciones. Ya le va a tocar a él.
Gracias!
Abrazos
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