Hace rato que no escribo, en parte porque no tengo tiempo libre -aunque podría mandar todo a la mierda y generalo- y en parte porque no cuento con el espíritu y la imaginación suficientes como para lograr algo potable.
Acabo de volver de dos viajes, muy diferentes entre sí. Uno, que resultó en "Seis meses sin llover" y el otro a un Congreso Internacional que se desarrolló en Foz do Iguaçú. De ambos aprendí mucho, y en ambos me sentí a gusto; aunque despertaran en mí distintos sentimientos.
Aprender de la gente del monte santafesino, que vive hace mas de seis meses sin agua -aunque algunos para la AFIP no son considerados pequeños productores porque trabajan mas de 200 ha- inventándose una salida de la nada para que los animales que quedan puedan seguir vivos. Ver esas nubes de polvo moverse entre los espinos, secando a su paso a los pobres animales, que parecen buscar consuelo hacia sus adentros. Implacable.
Y aprender de un grupo de personas -muchas de ellas las mejores en su rubro- a desenvolverme en un congreso, a opinar, a pensar, a crear... y a divertirme haciendo lo que me gusta. A saber que para mucha gente en el mundo somos todos iguales, que todos merecemos respeto.
Además, todos los acontecimientos previos a los viajes, los inconvenientes y aciertos, aunque sumaron sufrimiento, sumaron también experiencias y aprendizajes. Todos ellos.
Hoy, intentado volver a la normalidad, leí en Nación Apache "Carta abierta a Dios", que me pareció genial, incluso antes de saber quién la había escrito.
Con el correr de los días, iré volviendo a la normalidad, o no, pero iré volviendo. O no. En fin, les dejo saludos, besos y abrazos.
1 comentarios:
Vamos todavía don Kaitos
no se me venga abajo
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