Viejas reflexiones

. 7 de mayo de 2014
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Todos somos distintos, cada día que pasa, cada persona que conocemos, cada comida que probamos, todo nos cambia, nos modifica. Y luego, hoy, somos todos esos distintos yo. Todos forman parte de uno, son agua de un mismo río. Un río que se nutre de todos ellos, un río que aprende y supera obstáculos. Un río que sigue fluyendo. Un río que se abre camino y cambia de dirección, pero que nunca retrocede. Un río que sigue siendo río a pesar de todo. A pesar de todo, el mismo río. Un río que nos une. Que une al niño, al adolescente y al adulto, en todas sus versiones, las versiones de cada día. Un río que nos hace uno.
Y el universo sigue girando, así como el río sigue fluyendo hasta que encuentre el mar y se funda en un todo con todos los otros ríos. Un día nos daremos cuenta que el río es universo también.
Todo regresa al lugar de origen. Incluso yo, aunque no sepa donde sea ese lugar, sé que en el final, cuando ya todo sea un recuerdo, estaré ahí y ya nada cambiará. Y eso me da felicidad.

(...)