Vende humos

. 5 de julio de 2010
7 comentarios

- Oia... ¿Y ese poema?

- Ah, no sé...

- Es bello, movilizante e incluso algo intrigante. No tiene título...

- Hum... No recuerdo bien... Creo que es del año 91. Yo ya escribía en el 91. Vos estabas por tener tu primer hijo. ¿Te das cuenta?

- Si. Terrible, como pasa el tiempo. Parece que fue ayer que me dijo que iba a ser papá, pero ayer... ayer lo dejé en la casa de un amigo, y se quedó a dormir ahí...

- Está grande Evaristito.

- Si. Está grande. Ya está en 3° grado...

- ¿Y ya está tirando sus primeras bocanaditas de humo?

-
Si, tenés que verlo... es... es un genio. Todavía parece el vapor en los días de mucho frío... pero sé que va a ser un grande en el arte de vender humo.
(suspiro)
Él va a dominar el humo de colores desde chico, yo le voy a enseñar... lo que a mi me llevó 28 años... él lo va a tener antes de su barmitzva.

- ¿Barmitzvá? Pensé que eras Adventista...

- Si claro, pero también somos Judíos.

- ¡No podés tener mas de una religión!

- ¿Cómo que no? Todo el mundo sabe que los vende humos no tenemos varias religiones, las tenemos todas...

- ¿Mormón también?

- Si, claro. Incluso somos ateos. Tenemos un don especial para las religiones. Pero nada de religión antes de tiempo, primero tiene que fortalecer su arte. Tiene inventiva y creatividad. Y esos ojos azules, le van a ser de gran utilidad.

- Hay ese
Evaristito... Mirá, que no me llegue a enamorar de tu hijo...

- ¡Mujer!
Tiene 9 años, for God sake!

-
Pero en 10 años tendrá 19... Y yo, yo seguiré siendo mujer.


(...)

Claves

. 1 de julio de 2010
1 comentarios

A veces en el cielo se pueden encontrar esferas que no pertenecen a nada conocido. En esos momentos uno siempre se conforma creyendo que lo que está viendo tiene una explicación científica y lógica, normal. La tranquilidad de encontrarnos en un universo predecible, conocido y de parametros normales, nos estructura y nos sociega. La verdad, la libertad y la alegría, a veces son ficciones creadas para calmarnos y reprimirnos. ¿Qué buscamos? ¿Qué hacemos para conseguirlo? ¿Cuánto amor ponemos en ello?
Escapémos a la ficción en la realidad. Esa es una de las claves.

(...)