aquí en la gran ciudad,
una nueva hora comienza.
Un lugar donde la ficción y la realidad van de la mano, como amantes de vacaciones en un país lejano.
Si, un año en Kaleidoscopio. Y poco tiempo para festejarlo. ¡Qué época mas rara para comenzar un blog! ... ¡Justo en medio de los exámenes!
¿Habrá sido porque era momento de hacer algo de catarsis?
En fin, felicidades para mí. Gracias a todos los que se toman el tiempo de visitarme y leer todas estas pequeñas locuras.
¡Saludos y abrazos para todo aquel que lea!
"¿Qué le hace una mancha más al tigre?
En mi caso, lo convierte en una pantera negra..."
Existe un hombre que puede desatar tormentas con sólo estirar su mano.
Que puede curar enfermedades con sólo desearlo y también provocarlas.
Que puede solucionar todos los problemas de la gente que lo necesite.
Que puede llegar a la luna a la medianoche, y estar de vuelta para preparar el desayuno.
Que puede transmitir la calma en las mayores desesperaciones.
Que puede realizar actos de magia sin trucos.
Que puede rebelarse al sistema sin que nadie lo note.
Existe ese hombre, y mientras exista, yo seré sólo un niño.
Sin decir una palabra con sentido estricto de su definición ni con sentidos figurados o literales.
Las grúas caen en desuso.
...
Podemos evitarla (lo que por lo menos a mi se me representa como un puñal clavado en mi estómago que sube hasta mi frente pasando por todos los órganos vitales que conozco) y su espacio se colmaría de nadas y vacíos.
Podemos leerla como si fuera una nota de almacén, eso sería algo así como:
100 g de penas
1 docena de miserias
2 atados de remordimientos
2 litros de lágrimas
4 paquetes de suspiros
20 kilos de abrazos
Podemos leer las palabras atadas unas a otras en un cúmulo de sílabas y signos de puntuación. Podemos sacar una estadística de las letras mas usadas, y si somos duchos en algunas técnicas de la lengua, calcular sus sonancias, sus rimas, contar sus versos...
Pero no nació para ser leída, sino para sentirla. Para transmitir emociones, para hacerlas sentir. ¡Si pudiéramos leerlas cerrando los ojos, y dejarnos llevar por sus emotivos torrentes de connotaciones, imágenes y metáforas! Y ejercitar entonces nuestro cerebro, que se acomoden las sinapsis y lograr recibirla, como se recibe una lágrima de felicidad.