Questionable content

. 29 de mayo de 2007
8 comentarios





·

www.questionablecontent.net



La chica (Faye) vive con Marten (pero no pasa nada entre ellos, o si, pero no hacen nada).
El robot es una especie de computadora autómata ("AnthroPC") y se llama Pintsize ("tamaño porrón"), destruye todo y le gusta jugar con la ropa interior de Faye.

Faye es hostil con todos los que la rodean y se la pasa pegándoles a todos, especialmente si la tocan en sus partes pudendas (jajajajaja).

En el capítulo que publiqué, Marten y Faye vuelven de ver un departamento para mudarse y, como Pintsize viene haciendo muchas cagadas, Faye antes de irse lo pega a la pared con cinta scotch.

Creo que ya se entiende mejor. Cualquier cosa me avisan.

Ay

. 27 de mayo de 2007
7 comentarios



Yo era un hombre bueno
si hay alguien bueno en éste lugar.
Pagué todas mis deudas,
pagué mi oportunidad de amar.

Sin embargo, estoy tirado,
y nadie se acuerda de mí,
paso a través de la gente,
como el fantasma de Canterville.

Me han ofendido mucho
y nadie dio una explicación.
¡Ay! Si pudiera matarlos,
lo haría sin ningún temor.

Pero siempre fui un tonto
que creyó en la legalidad
ahora que estoy afuera,
yo sé lo que es la libertad.

Ahora que puedo amarte
yo voy a amarte de verdad,
mientras me quede aire,
calor nunca te va a faltar.

Y jamás volveré a fijarme
en la cara de los demás.
Esa careta idiota
que tira y tira para atrás.

He muerto muchas veces
acribillado en la ciudad,
pero es mejor ser muerto
que un número que viene y va.

Y en mi tumba tengo discos
y cosas que no te hacen mal.
Después de muerto, nena,
vos me vendrás a visitar.


León Gieco - El fantasma de Canterville

Poema busca dueño

. 20 de mayo de 2007
10 comentarios



Perdón, pero, ¿Yo no había comentado acá?

...

No entiendo.

Y cuando no entiendo, invento.

Y cuando invento, siempre elijo la peor de las opciones.

Por suerte.

...

Crónicas de un estrellado IX

. 19 de mayo de 2007
12 comentarios



El tránsito en la Ciudad de Buenos Aires dista de ser fluido, tranquilo y pacífico. Más bien es... insoportable.

Desde hace un tiempo que algunas (bastantes) de mis llegadas tarde fueron reemplazadas por llegadas temprano, la psiquis es terriblemente controladora. (Aunque debo admitir que aún no puedo hacer lo mismo antes de las 10 de la mañana) Pero bien, debido a mi llegada temprano, poco más de una hora, me encontré manejando hacia una plaza para hacer tiempo. En el interín, me crucé con un embotellamiento que me hizo cambiar de planes, por lo que al pasar el percance, me dispuse a retomar tranquilamente mi dirección original.

El motivo de mi llegada tan temprano puede explicarse de muchas maneras, ninguna es exacta. El ruido de la ciudad es constante, el de mi cerebro, también.

Crucé una calle conocida, dejé pasar a unos peatones, y a un auto a mi izquierda que se veía que estaba apurado. Seguí en mi dirección original, esquivé una pila de basura y seguí detrás de un taxi. Llego temprano desde que puse en la balanza algunas de esas piezas que siempre me faltaron. La gente sigue plantando los ficus en las veredas. Un motoquero puso la luz de giro y lo dejo pasar. Llegué a la esquina, frené y arranqué una vez que el taxi vuelve a arrancar, sentí el suave descender en la cuneta de la bocacalle. Llego muy temprano. Y el taxi se vuelve hacia atrás. Frené. Pero él sigió hacia atrás y chocamos.

Fue muy poco lo que él retrocedió. Pero lo suficiente para chocarme. Es verdad que yo iba muy cerca, pero, quién no en la ciudad.

Me bajé tranquilo, él lo hizo después. Miré mi auto, sólo rompió la óptica de la luz de giro y me hizo saltar un poco el plástico del paragolpes. Tranquilo me volví hacia él y ví cuando frotaba su paragolpes y noté parte de la pintura del mismo saltada. Me acerqué y le pregunté si estaba bien, a lo que él nunca contestó.

Yo pensaba que algo le tenía que haber pasado, porque una cosa es aminorar la marcha para doblar en una esquina, otra es frenar cuando está cruzando algún peatón y uno debe cederle el paso al doblar, pero ¿retroceder? no conozco ningún motivo que lo justifique. Por lo que pensaba que quizá se sentía mal o algo por el estilo.

Me sorprendió lo que obtuve por respuesta: "Pibe, ¡vos venías muy rápido!, Estás en una ciudad, tenés que andar despacio" - me dijo sin mirarme a la cara - "Tenés que frenar en las esquinas, porque ves, hay una cuneta" - mostrándome la curvatura de la cuneta, con sus brazos extendidos con las palmas hacia abajo, algo acuclillado, como si fuera un escultor notando alguna cualidad de su obra - "y tenés que frenar en la cuneta, tenés que andar despacio".

Con mi cara de sorpresa, y una solemnidad inexistente le contesté que yo no venía rápido, que él no sólo frenó en la esquina, sino que venía en reversa. Que yo había frenado cuando él frenó y que había arrancado cuando él arrancó. Que no había nadie cruzando y ningún auto doblando más que nosotros dos. Y que frené cuando el venía en dirección contraria, e inclusive alcancé a girar la dirección, pero no pude evitar que él me chocara.

Siguió convencido que el problema era yo. Le dije, una vez más, que yo no venía rápido, que aceptaba que me dijera que no manejaba a una distancia de dos metros de separación -¿pero quién puede en la ciudad?-.

Cómo explicarle que el problema soy yo en muchas oportunidades, en incontables ocasiones, pero que en ésta, mi única falta fue venir detrás de él a una distancia poco prudencial.

Se volvió hacia su taxi, y se alejó puteando, insistiendo en que yo soy el del problema.

En ese instante en el que ví que me dió la espalda para irse, con ese ademán sobrador, la tranquilidad que me agobiaba me abandona, y la ira se sobrepone. Un calor me brotó de las entrañas y un deseo de pegarle se posesionó de mi.

Pero no lo hago. Putié. Putié muy fuerte. Pero a él no le importó, no se volvió a buscar su parte. Se subió al auto y se fue.

...

La mañana siguiente, salí bastante temprano para el trabajo, después me enteraría que esa cosa rara en el cielo eran los meteoritos. Pero era tarde. Las autopistas estaban cargadas como siempre y los giles que van a 80 km/h por los carriles rápidos son siempre muchos. Eso no me molestaba más de lo habitual. Podría decirse que iba con una sonrisa.

Pagué el peaje, y salí de la autopista. Tomé por la avenida de doble mano mas angosta del planeta (pero la única que me lleva hacia donde voy) y esquivando autos, colectivos y camiones me dirijí al trabajo.

Había pasado bastante ya de una de las últimas cuadras de tamaño ciudad (para dar paso a las de tamaño campo) cuando sentí una pequeña, breve, explosión. Miré por los espejos, miré los controles del auto y seguí, porque había sido mi imaginación. A los pocos segundos, cuando la camioneta que estaba a mi lado se aleja, escuché el ruido característico del aire saliendo de una rueda. Putié y doblé en la esquina dispuesto a cambiar la rueda.

Cuando me agaché para ver la pinchadura, encontré para mi sorpresa algo que no puedo llamar miguelito. No puedo, porque miguelito expresa una sensación de pequeñez, incluso de picardía, de nimiedad. Miguelitos eran los de antes. Esto era otra cosa.

Era un fierro de considerable tamaño, afilado en todas sus secciones, que tajeó la rueda en varias partes.

Putié. Mucho putié. Eran las ocho de la mañana y no me importaba que la mitad de los pobladores estuviera durmiendo. Tampoco que los de la verdulería que descargaban la camioneta fueran a pensar algo. Aflojé la rueda rota. Putié contra todo aquel que me rodeaba. Putié en varios idiomas, apelando a varias religiones. Saqué el auxilio del baúl. Putié a los hacedores de "miguelitos" y les deseé los peores males de la tierra. También les deseé que la plata que hicieran arreglando gomas no les alcanzara para los tratamientos que fueran a necesitar. Puse el auxilio. Putié a sus madres, a sus tías y a sus hermanas. Putié acerca de lo cornudos que eran (son). Putié y canté. Ajusté los bulones. Canté muy fuerte. Una sola estrofa. Repetida. Fuerte.

"Miguelito"

.
2 comentarios




la foto es mala, pero se nota que aunque acá ya estaba roto, era bastante grande

Filosofía obligatoria desde Jardín de infantes

. 14 de mayo de 2007
19 comentarios

.
Yo
tengo una vaca lechera.
No es una vaca
cualquiera.
Me da  
leche merengada
¡Ay que
vacamas
tarada!

  ...

¿Hablaban en serio? ¿Qué querrían enseñarnos con eso?

Una fría tarde de domingo en un sábado de otoño.

. 12 de mayo de 2007
8 comentarios



El tiempo, cruel tirano, se llevó consigo las sonrisas.

Las manos se cierran sobre mi pecho,
no veo en tus ojos el amor de ayer.

No hemos podido reaccionar a sus llantos,
la alfombra nuevamente nos engulle.

Los saludos son cordiales,
son los últimos de muchos.

El tirano dirá cuando nos volvamos a ver,
los fríos escarchan mi ventana,
las flores marchitas se encierran en libros que no se volverán a abrir.

Nostalgias, muchas,
Penas y olvido, también.

...

Cesan en los mares las olas,
los vientos descansan en los páramos.

Las luces se apagan,
el silecio es

...

Splash by the sun

. 8 de mayo de 2007
4 comentarios




Foto original en Flickr


Caminando al borde del mundo,
al borde de la vida,
el sol ilumina tus sombras
y nos lleva al desaparecido placer de los mortales.

El perfume del nacimiento enrarece el aire,
las flores se mueven al compás de los pasos.

Las olas salpican al cielo,
lo tiñen de posibilidades
y lo hacen brillar,
para hacerlo caer hacia la tierra.

...

(luego placeres terrenales en clave de sol)

...



Este comentario nació en lo de Carolin


Larva Literaria II

. 5 de mayo de 2007
9 comentarios


: Biol. Larva de polilla literaria, que se alimenta de libros. Culta, porque lee lo que ingiere.


...
Libros arrumbados. Biblioteca descuidada Alma de polilla,
larva literaria. Libros,
no sopas de palabras
...


Sigo con la propuesta.

Las instrucciones son las siguientes (por si sienten deseos de seguir la cadena):

1.- Tomen el libro mas cercano. AL AZAR!!

2.- Busquen la página 123 del libro (si no tiene 123 páginas, cambien de libro o tomen la última hoja)

3.- En esa página ubiquen la 5º frase (si, la 5ta oración) y transcriban las siguientes 3 frases.



Estiré el brazo, así, con los ojos cerrados y llegué al libro "Antología poética - Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca.",




[78 - A la muerte de Rubén Darío]

"Si era toda en tu verso la armonía del mundo, ¿dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar?
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares, corazón asombrado de la música astral, ¿te ha llevado Dionisios de su mano al infierno y con las nuevas rosas triunfales volverás?
¿Te han herido buscando la soñada Florida, la fuente de la eterna juventud, capitán?
Que en esta lengua madre la clara historia quede; corazones de todas las Españas, llorad.
Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro, esta nueva nos vino atravesando el mar."



Antonio Machado, "Campos de Castilla" Poema 78





Este libro me acompañó en mi infancia. Me atrajo por ser un libro lindo. Por tener hojas con bordes de oro. Por estar hermosamente cuidado (yo lo maltraté un poco siendo su lector a mis 10 años). Luego me atraparon sus palabras, sus poesías y sus cuentos.
Nunca más abandonó mi escritorio.